Año y medio, medio período de gobierno llevan ya los alcaldes en el estado. Los mejores han pasado desapercibidos por la población que los eligió, no hacen nada pero tampoco se meten en tantos líos; los peores, sin escuchar ni resolver los problemas de la gente, probablemente pensando que fueron electos para disfrutar a sus anchas del poder y de los recursos que mucho trabajo y esfuerzo le cuesta conseguir al pueblo.
Hace unos días, comunicadores amigos, probablemente tomando en cuenta la oportunidad que tengo de, convivir y gestionar con mis compañeros antorchistas sus necesidades en los distintos municipios, me preguntaron mi opinión sobre el desempeño de los alcaldes. Que cuál o cuáles eran los mejores y peores presidentes municipales ante sus gobernados. Me pusieron ante un predicamento; escoger a los mejores y los peores era una tarea algo complicada; sobre todo escoger a los mejores. Respetuoso, me limité a contestar que varios de ellos no están haciendo su "chamba", que son insensibles y que necesitan ponerse a trabajar con ganas en lo que les queda de gobierno. Mencioné sólo algunos de ellos, los peores, no encontré buenos: de Colón, Cadereyta, Tolimán, Huimilpan, Pinal de Amoles y Amealco.
Por respeto a los señores periodistas no les dije todo lo que opino y principalmente, lo que opina la población antorchista y la no antorchista de los actuales alcaldes. Y qué bueno, porque así no se enterarán los presidentes municipales de lo que pienso de ellos y de todas las palabrotas y mentadas con que todos los días y a cada rato se refiere la población de todos ellos, de todos. Y es explicable que la gente opine así de sus gobernantes, está cansada, harta de los políticos, de sus mentiras, de sus engaños y de sus raterías, de que los usen para enriquecerse mientras el pueblo trabaja día y noche para mantenerlos. Basta saber que sólo durante 2014 los gobernantes de los 3 niveles de gobierno no justifican el gasto de 106 mil millones de pesos y en 2015 de 165 mil millones sin que pase nada.
Alejandro Ochoa, de Colón, por ejemplo, no atiende a la gente que acude a la presidencia para plantearle sus necesidades, pues éste anda de antro en antro, gastando el dinero del erario y condiciona los pocos apoyos a que renuncien por escrito a sus organizaciones como Antorcha Campesina. Los también panistas, León Enrique Bolaño de Cadereyta de Montes; Rosendo Anaya, de Amealco y del Aliancista Luis Rodolfo Martínez, de Tolimán; son más un obstáculo para el progreso de sus municipios, se niegan a atender las demandas de la población que no milite en sus partidos. Las alcaldesas, Celia Durán y Gloria Rendón de Huimilpan y Pinal de Amoles respectivamente, electas porque no había mas opciones, creen que las nombraron reinas de sus municipios y que la ciudadanía debe someterse a sus caprichos, escamoteando los recursos de las obras y ocultando sus gastos.
¿Evidencias? Hace tres días la diputada Daesy Hinojosa, presidenta de la comisión de participación ciudadana del congreso local, pidió a los 18 municipios se pongan al corriente en materia de transparencia, pues ocultan información pública. "Los municipios no cuentan con la información disponible en sus portales, incumpliendo con ello la ley de transparencia y acceso a la información pública del estado", dijo. Entre los peores señaló a Cadereyta, El Marqués, Ezequiel Montes, Huimilpan, San Joaquin, San Juan del Río, Tequisquiapan y Tolimán.
Y agregó que para ocultar sus marrullerías no utilizan lenguaje claro ni sencillo, que su formato está diseñado para que no se entienda por los usuarios; que "le ocultan la información a la población que desea saber el manejo de los recursos de los municipios". Ah! Pero todos, sin excepción, ya andan en campaña para reelegirse o saltar a otro puesto. ¡Cuanto cinismo!
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