MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Acapulco en ruinas: ¿dónde está el Fonden?

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“Otis” llegó el miércoles a las 00:25 horas con vientos de más de 250 kilómetros por hora y tocó Acapulco como un huracán de categoría cinco. Lo arrasó. Una de las ciudades turísticas más importantes de México lleva días sin electricidad ni suministro de agua potable, no hay internet, tampoco gasolina. Ya no hay comida. En uno de los paraísos costeros del país no sirve el dinero, no hay dónde comprar, todos los supermercados y centros de abastecimiento han sido saqueados, en los OXXO no hay nada; se llevaron hasta los cartones. 

La Guardia Nacional permite la rapiña. Mientras esto ocurre, el Gobierno federal no tiene un plan de emergencia para ayudar a los más de 800 mil afectados, sin contar a los municipios de alrededor que ni siquiera tienen contacto.

Los grandes hoteles parecen simples cascarones; hay el rastro de palmeras tiradas, vidrios reventados, edificios sin cristales ni paredes; es una ruta de escombros. Lugares donde estuvieron las terrazas con música y los restaurantes de mariscos. El famoso destino de playa, sol y arena ya no existe más por el momento y no sabemos hasta cuándo pueda restablecerse.

Según datos oficiales, en total el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha enviado a 13 mil 500 miembros de seguridad y a más de mil 300 electricistas con la idea de evitar el colapso. Sin menospreciar el apoyo, me parece que es demasiado tarde para empezar los trabajos, pues lo poco que quedaba en las tiendas de autoservicios fueron saqueadas, delante de los pocos elementos de la Guardia Nacional. 

Hasta el momento, han confirmados  46 muertos, lo que cubre el vacío de información por parte de la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, quien no ha aparecido desde la catástrofe, y no ha dado la cara a los afectados; sólo se ha tomado algunas fotos con unos tres de su gabinete con los zapatos limpios, sin muestras de haber pisado algún charco o lodo.

Las dudas sobre la exactitud de las cifras crecen conforme las patrullas marítimas encuentran cuerpos ahogados o bajo los escombros.

Señores de todas las edades intentan buscar agua en garrafas sin tener éxito; otros, hacen filas de hasta doce horas para tratar de conseguir algo de combustible y poder regresar a sus hogares, pues muchas personas habían llegado al lugar como vacacionistas.

El huracán ha convertido Acapulco en una ciudad de errantes; cientos de personas caminan bajo el sol para buscar agua o algo de comer, para llegar a la terminal de autobuses o para comprobar si su familia sigue viva, porque no funcionan las líneas de teléfono. Tampoco hay transporte público y la mayoría de las calles siguen obstaculizadas. 

En una ciudad de casi un millón de personas, del tamaño de Reynosa, en Tamaulipas, la gente sólo puede ir caminando a otros municipios porque no hay acceso más que aéreo.

Hemos visto en las noticias de los diferentes medios de comunicación y a través de las redes sociales los videos donde gente se queja y clamando apoyos, diciendo que el Gobierno los ha abandonado, por lo que en reiteradas ocasiones le han hecho  un llamado al Gobierno Federal  y estatal para que pongan a disposición todos los recursos necesarios tanto humanos, económicos y de transporte para que esto sea más rápido en llegar el apoyo a los damnificados de los diferentes municipios, y para quienes están en peores condiciones, ya que no ha habido acceso ni apoyo para cuantificar los daños. 

He aquí la pregunta: ¿por qué este Gobierno no prioriza atender a los afectados? La respuesta es muy simple:

1. No tienen presupuesto para atender estos desastres naturales

2. No es prioridad el salvaguardar la integridad de cada mexicano

3. El presidente no representa los intereses de los más pobres

4. Todo el dinero recaudado lo utilizará en las elecciones 2024; pasará lo mismo que en Tabasco: poco apoyo y, hasta el momento, siguen sin recuperarse varias familias.

En julio de 2021, México contaba con el Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales (Fonden), que fue creado en 1996 como un mecanismo para apoyar de manera eficaz y oportuna a la rehabilitación de la infraestructura federal y estatal por desastres naturales, así como a los damnificados. Sin embargo, el 21 de octubre de 2021 el Senado de la República, Morena y sus aliados aprobaron la extinción de 109 fideicomisos, incluido el Fonden, bajo el argumento del mal manejo de recursos por parte de funcionarios públicos.

¿Por qué AMLO no atiende a los damnificados? Porque todo el dinero lo utilizará en las elecciones 2024 y pasará lo mismo que en Tabasco: poco apoyo y siguen sin recuperarse.

Con el Fonden se obtenían los recursos inmediatos y fundamentales para la población que se encuentra vulnerable frente a desastres naturales como sismos, sequías, inundaciones, huracanes, explosiones, erupciones volcánicas, etcétera.

Con la desaparición de estos recursos, el Gobierno Federal en complicidad con los diputados y senadores de Morena y aliados ponen en riesgo la vida de miles de mexicanos, así como el desarrollo de las comunidades. El gobierno de las improvisaciones tiene otra deuda; en esta ocasión con el pueblo de Guerrero

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