A casi tres años del gobierno de la “Cuarta Transformación”, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, el país ha decaído alarmantemente, lo que ha ocasionado que la vida del pueblo mexicano cada día sea más lacerante con el paso de los días. Los principales males que aquejan al pueblo de México son: desigualdad social y pobreza, que con la pandemia se agudizaron. En los últimos años, la vida de las personas que habitan el territorio azteca, se ha deteriorado, no sólo por esa problemática, sino que también por la nula atención de las autoridades gubernamentales, que lejos de aplicar el antídoto adecuado para los males que padece la nación, se le conduce a la República Mexicana por un sendero que lo está llevando directo al precipicio.
En este año de contingencia sanitaria, el alza de la pobreza fue alarmante, así se dejó ver con los datos que arrojó el Coneval, de los 126 millones de habitantes del país que se contabilizaron en la segunda mitad de este año, creció en 3.8 millones el número de pobres en México. De 51.9 pasaron a 55.7 millones de personas en situación de pobreza en el país, tan sólo de 2018 a 2020. Mientras que, la pobreza extrema aumentó en 2.1 millones de mexicanos. Esto refleja, que los pobres, probablemente cayeron a la pobreza extrema.
Por otra parte, en 2019, el 10 por ciento de la población más rica de la República Mexicana concentró el 53.7 por cierto de los ingresos, mientras que, la mitad de las familias del territorio mexicano sobrevive con el 10.1 por ciento del ingreso nacional. No sólo creció el número de pobres, sino que también en el sexenio que encabeza AMLO los pobres recibieron menos proporción de subsidios por parte de las autoridades gubernamentales, según el Coneval.
Con estos datos, podemos ilustrar el gran desequilibrio social que se vive en la nación, y se ve de que lado se recarga la balanza, a quienes favorece y los que llevan sobre sus espaldas la parte más pesada de la carga.
¿Qué hay del trabajo en México? De acuerdo, con la OCDE dio a conocer que México es el país con menor salario y la mayor jornada laboral, es decir, que cada trabajador mexicano labora en promedio 2 mil 225 horas, lo que equivale a 43 horas semanales, si dejar pasar, que el empleo se vuelve más precario cada vez más; mientras que, 2.4 millones de personas perdieron su empleo.
En estos momentos de pandemia, la situación es bastante delicada, pues en materia de salud, el gobierno federal desde su llegada desapareció el Seguro Popular y lo quiso sustituir con el Insabi -y que hasta hoy no lo ha podido hacer-, en su estudio el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) dio a conocer que se redujó a 14.7 millones de mexicanos beneficiarios por alguna institución pública, es decir, pasó de 102 millones a 87 millones de individuos, de 2018 a 2020. Asimismo, por la falta de dinero, por haberse automedicado o porque no era necesario, el número de personas que no buscó atención en salud al enfermar incrementó a 5.4 millones de personas. Y por el manejo, que se le ha dado a la contingencia sanitaria, ha dejado mucho de qué hablar.
Desde la óptica que se le quiera mirar al panorama mexicano se visualiza un deterioro en la vida social del pueblo mexicano. La realidad muestra que el método que ha utilizado la “Cuarta Transformación” para la problemática de México es incorrecto. Por ello, hace falta que se le dé otra dirección al rumbo del México para que lo lleve por un camino que contribuya a mejorar la vida de los más desprotegidos, y se puede lograr que sólo cuando el pueblo se organice, luche y tome las riendas de la nación.
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