El 12 de mayo es el día del comunicólogo aquí en México, con el que se busca festejar a todos aquellos profesionales que se dedican a expresar, informar y convencer a través de los medios de comunicación, ya sea prensa, radio, televisión o redes sociales a la población. Una labor indispensable para la vida de la sociedad. En un país como México, estudiar comunicación ya es peligroso, aquí te mata la violencia o la precariedad laboral, pero ahora también te matan los “otros” datos.
En México, es letal ser periodista, en los últimos 20 años han sido asesinados, 120 periodistas según la organización Reporteros sin Fronteras, amén de los que han sido desplazados de su profesión por amenazas; la covid-19 también se cobró sus víctimas en esta profesión, 89 periodistas, y es que en una profesión donde debe salir uno a tomar la nota, esto es obligado para esta labor, por lo que quedarse en casa no era una opción.
En un artículo de Viridiana Ríos, columnista destacada del sitio Expansión, se asegura que las principales causas de fondo que asedian a los periodistas son: la precariedad laboral y el crimen organizado. Por lo que destaca que el trabajo del periodista es precario, peligroso y mal pagado.
Y es que en México el salario de un periodista oscila entre los cinco mil 499 pesos al mes, a pesar de que debería rayar en el mínimo profesional de ocho mil 277 pesos, que ordena la ley federal del trabajo, no sucede así, en cambio, con sus directores, ya sea a través de la publicidad o de la venta de sus ejemplares, tal es el caso de la prensa, no es secreto que el ingreso de los verdaderos dueños es desigual con respecto a los que arriesgan el pellejo para sacar la noticia.
Destaca, sobre todo, la propaganda oficial en los medios de comunicación, tan solo en 2019, documentado por el periódico Proceso, cinco medios recibieron el 40 por ciento de los ingresos de las autoridades federales para publicidad oficial: Televisa y TV Azteca cobraron 360 millones y 346 millones de pesos, respectivamente, La Jornada obtuvo 251 millones de pesos, Medios Masivos Mexicanos –que coloca publicidad en medios locales– obtuvo 179 millones de pesos y la radiodifusora Grupo Fórmula recibió 115 millones de pesos, entre otros.
Aunado a todo esto, tenemos un presidente que siempre tiene “otros datos”, que rehúye a las críticas y hace menos las investigaciones de los medios, creando una atmosfera nociva para los cientos de periodistas que buscan realizar su labor periodística. Por ello, no sorprende que no tengamos un periodismo de lujo, que aún está lejano en este país, donde necesitamos que los reflectores estén en el pueblo de México, que estén denunciando los atropellos que contra eeste se comenten, que son igual de desiguales que los de esta profesión. La lucha del periodismo en México, es la misma que la de millones de mexicanos que día a día buscan ganarse el pan.
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