MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Sombrío panorama para la niñez en México

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En 2019, antes de la pandemia, se vivía una profunda crisis de aprendizaje: el 53 por ciento de los niños que terminaba la primaria en América Latina y el Caribe no podían entender un texto simple. Hoy luego del cierre de las escuelas por casi dos años académicos, se estima que ese porcentaje ha aumentado al 64 por ciento. Este dato confirma una realidad en las escuelas latinoamericanas: la mayor parte de los niños va a clases pero los problemas de calidad son tales que efectivamente no tienen las competencias fundamentales. Si bien la lectura no es la única competencia importante, si los niños no logran alcanzar esta competencia básica, será muy difícil alcanzar otras metas educativas, así lo afirmó Jaime Saavedra, director global de educación para el Banco Mundial.

De acuerdo con datos de la CEPAL, cinco millones de latinoamericanos se sumaron a la pobreza extrema en 2021, por lo que se han alcanzado los 86 millones de latinos que vivían en la miseria, la tasa aumentó de 13.1 por ciento al 13.8 por ciento.

América Latina es la región del mundo que registra mayor desigualdad de ingresos en el informe sobre el desarrollo humano 2019 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El 10 por ciento más rico en América Latina concentra una porción de los ingresos mayor que en cualquier otra región (37 por ciento) y viceversa: el 40 por ciento más pobre recibe la menor parte (13 por ciento). Además, la desigualdad en la distribución de ingresos, que es la más regresiva del mundo se ha mantenido en los últimos años con pocas mejorías. Con relación a los menores de edad, 3.6 millones de niños de 3 a 4 años no tienen un desarrollo temprano adecuado a su edad, solo 6 de cada 10 niños de 3 a 4 años reciben educación en la Primera Infancia. En nuestro país, más de la mitad, 51 por ciento de niños menores de seis años se encuentran en condiciones de pobreza, así lo expresó la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niños, Niñas y Adolescentes (Sipinna) y detalló que en el territorio hay 12.2 millones de niños menores en ese rango de edad que representan el 10 por ciento de la población total y poco más del 30 por ciento de la población de 0 a 17 años.

El número de mexicanos en pobreza pasó de 51.9 millones en 2018 a 55.7 millones de compatriotas en 2020, el 43.9 por ciento de la población total, esto significa que desde la llegada de la 4T al poder, 3.8 millones de personas ingresaron a las filas de pobreza en el país, (Medición de Pobreza, CONEVAL 2020). El número de mexicanos en pobreza extrema pasó de 8.7 millones en 2018 a 10.8 millones en 2020.

El 23.5 de la población vive en pobreza alimentaria (CONEVAL, 2022). De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018, existen 881,752 niños con desnutrición crónica en el país, en zonas urbanas es del 7.7 por ciento y en zonas rurales de 11.2 por ciento.

Debido a la pobreza, millones de niños son sumergidos al hambre y desnutrición con la consecuente baja estatura y peso de acuerdo a su edad, con un insuficiente desarrollo mental que trae como consecuencia bajos aprendizajes. Con estas características la población se torna enfermiza y los medicamentos no tienen buen efecto, por lo que la niñez crece débil y tendrán pocas posibilidades de un buen rendimiento deportivo, así como académico, esto los convierte en candidatos a la deserción escolar y si esta no los atrapa tendrán un mal aprovechamiento ya que, con hambre las letras no entran debido a que no tienen un buen estado de ánimo para concentrarse en el estudio y sobre todo aprender.

Millares de niños se ven obligados a abandonar la escuela de manera temporal o definitiva para trabajar y apoyar en el sustento familiar; enormes ejércitos infantiles recorren inmensas hectáreas agrícolas trabajando agotadoras jornadas y dejando su niñez entre los surcos en busca del sustento familiar, sumándose a la fuerza laboral del país sin haber tenido la oportunidad de educarse.

Unida a esta terrible situación, viene la delincuencia juvenil, agresividad y todo tipo de conductas antisociales. Los gobiernos en todos sus niveles se espantan de que existan pandillas y jóvenes sicarios matando y robando, pero se niegan a admitir la causa social de esta conducta y desde luego a corregir el problema de raíz e intentan reeducar a niños y jóvenes con discursos, cárcel o penas mayores para aquellos que reincidan, pero no pasa por su mente estrecha si esos niños y jóvenes tenían lo necesario para ir a la escuela, comer, curarse, jugar, etc. Un niño frustrado o agredido será un adulto violento.

En el sistema capitalista hay riqueza en abundancia, sin embargo, existe la pobreza debido a la acumulación desmedida de grandes fortunas en pocas manos. La humanidad debe liberarse de esta situación ofensiva y solo se logrará liberando a los ricos de su extrema riqueza y a los pobres de su extrema pobreza.

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