MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Reportaje | El último kilo de arroz de los invisibles en la frontera

image

La escasez de alimentos en miles de casas mexicanas es algo que se ve constantemente, en Baja California quien sufre más durante esta pandemia, son los pobres, quienes se quedan en casa y sin alimentos, piden una despensa, mucho sobreviven con lo que piden prestado o con lo que alcanzan a conseguir.

 

Sobre dos adoquines en el patio de doña Martha, arde unos trozos de madera tratando de calentar la olla de barro donde hay agua; son casi las 2 de la tarde y la comida se sigue preparando aún, ¿el menú? Frijoles con tortilla y chile de amor, (de a mordidas); aquí viven Juan de 9 años, Andrés de 5 y Sofía de 3 año, Martha es el sustento de esta gran familia que formó con un señor que hace un año los abandonó y que ahora no sabe nada de él.Comerán medio kilo de frijoles que llevó alguna asociación civil hace una semana; serán frijoles hervidos, con medio kilo de tortillas que pedirán fiado con doña Carmen, la de la tiendita de la esquina y a quien le deben poco más de 500 pesos, lo que representa la mitad de su suelo semanal que antes recibía Martha, cuando trabajaba en la maquila.

 

sa

 

La familia vive en una casa de 4x4 metros, construida con madera reciclada que recogieron de algún lado; originarios del sur del país es una de las tantas familias que ha erradicado en el Alamar por más de tres años junto con otras, llegaron aquí con la esperanza de pasar a Estados Unidos, pero las políticas endurecidas de Donald Trump los ha dejado varados aquí desde enero de 2017, aquí viven, entre malos olores, delincuencia, drogadicción y el hambre, hoy comerán lo último que les quedaba de reserva, si es que así se le puede llamar a lo que las familias tiene y que van utilizando día a día.

 

Martha era obrera en una maquiladora, misma que cerró por la contingencia de la covid-19; hace tres semanas que se encuentra en casa, porque la mandaron, no porque así lo quisiera, solo le dieron 2 mil pesos para sobrellevar la pandemia, no hubo bonos, pago por adelanto o algún otro apoyo por parte de la fábrica, "cada quien se rasca como puede, unos venden lo poco que tienen, otros van a vender a la línea, pero yo no puedo salir, yo sí le temo al virus, porque tengo tres hijos y no los quiero dejar solos, soy lo único que tienen y si me enfermo y los enfermo a ellos será muy difícil porque no tenemos dinero ya, ni para ir al similares".

 

SA

 

El Alamar se encuentra ubicado en el municipio de Tijuana, la ciudad donde se concentra el mayor número de fábricas, de migrantes y que ahora se ubica en el horroroso tercer lugar en cuanto a enfermos por el SARS-CoV-2; a un costado del canal de agua negras, la zona de las casas de cartón se ha ganado el reconocimiento social como una de las zonas más pobres del municipio, aquí no hay agua potable, red de energía estable, drenaje, ni pavimentaciones, se vislumbra apenas un centro educativo, el Prescolar Nueva Esperanza, que brinda en efecto, la esperanza de que los pequeños puedan asistir a clases, de otros centros educativos aquí no se habla, quien quiera educarse debe caminar por lo menos un kilómetro, a veces cruzar la vía rápida, arriesgando la vida porque no hay puentes, o quedarse en el sector del analfabetismo.

 

Son dos grandes calles, adornadas con banderas blancas y cartulinas, una protesta social que inició en el estado por la falta de alimentos, "ya trajeron unos apoyos, cuando vimos que estaban poniendo banderas y cartulinas para que trajeran despensas, también las pusimos, trajeron hace dos semanas una despensa, pero a muchas familias ya se les acabó, a mí solo me queda el medio kilo de frijoles, y pues, aunque me da pena voy a ir a pedir fiado porque si no, qué van a comer los chamacos".Aquí no hay tanques de gas, o por lo menos el 80 por ciento de las familias no cuenta con uno, por eso cocinan al aire libre, en el patio, con maderas que encuentran tiradas.

 

SD

 

En México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en los últimos cinco años se tiene un promedio de alrededor de 7 mil 500 defunciones anuales por desnutrición; cada año también se contabilizan más de 600 mil casos nuevos de obesidad, más de 350 mil casos de diabetes mellitus y más de 400 mil de hipertensión.

 

La Secretaría de Salud, estimó en 2018 que fueron atendidos, hasta la semana 39 de ese año, 4,011 casos de personas enfermas por desnutrición crónica, es decir, un nivel en el que está en riesgo la vida; esa cifra implica un promedio de 15 casos diarios, indicador que permite dimensionar la magnitud del problema en el país.El documento boletinado destaca que 9,066 personas fueron atendidas, en el mismo periodo, por desnutrición moderada, indicador que implica 33 casos diarios.A estos casos se sumaron 60,290 casos atendidos por desnutrición leve, es decir, un promedio de 220 casos por día.

 

Durante ese periodo, cuando no había virus, cuarentena, cuando el país se encontraba con crecimiento económico, no el esperado, pero crecía; en ese periodo cuando las familias tenían un trabajo o podían salir a la calle en búsqueda de algún empleo o auto emplearse en el comercio informal, en ese periodo los números eran rojo y alarmantes; 220 personas sufrían de desnutrición.

 

SD

 

Aquí la canasta básica solo se conoce en los libros de texto, pues las familias poco saben de comprar alimentos para toda una semana, cuando más compran, explican, "es una cartera de huevo, aceite y pagar las deudas con la señora de la tiendita para que nos siga fiando, porque si no, luego no podemos pedir tortillas que es lo más que nos fía".

 

Como todas las tragedias sociales, naturales y económicas, a quienes más golpean, son a los sectores demás desprotegidos, loso más pobres, aquellos que no cuentan con servicios, un trabajo estable, con seguro, aquellos a quienes la patria y los gobernantes no les han brindado las oportunidades necesarias para una vida más justa.

 

A la mesa se sientan los tres pequeños, la madre vierte sobre unos platos de plástico los frijoles, hay chiles de árbol, sal y agua simple previamente hervida; desde hace unas semanas optan por no lavarse las manos, pues hay que ahorrar, "aquí cuando llega la pipa hay que correr y comprar, aunque sea un tambo, cuesta 30 pesos, pero alcanza para la semana si la sabemos utilizar, lavamos los trastes, nos bañamos y hasta ahí, no podemos gastar más porque si no, no nos alcanza", explica Martha.

 

AS

 

Los invisibles los llaman algunos, ahí por donde todos pasan de manera rápida en carro y a alta velocidad, ahí hondean las banderas blancas, banderas de protesta, banderas en señal de que carecen de alimentos, en casa de Martha también hondea una bandera, la puso cuando dijeron que iban a venir los de las despensas, no llegó el Gobierno, solo una asociación quien le dejó un kilo de arroz, uno de frijol, medio litro de aceite, azúcar, leche en polvo, sardina y dos sopas, de todo eso hoy se disfruta lo último que le quedaba.

 

Los niños juegan en la calle, nadie de aquí usa cubrebocas, no es que no le teman a la epidemia, le temen más a morir de hambre y comprar un cubrebocas representa no comprar medio kilo de tortillas; entre polvo y casas de cartón se diluye cada vez con mayor frecuencia el sueño americano, "aquí no tocó vivir y no nos queda más que seguir trabajando y sacar a los chamos adelante, ojalá y pasemos esta enfermedad, dicen que ya vamos a regresar a trabajar, pero quien sabe si nos vuelvan a contratar, porque como firmamos cuando salimos, todavía está pendiente", aclara Martha.

 

El atardecer cae, no hay cena en estas casas, tal vez café para calmar la tripa, "mañana Dios dirá" es lugar común decir en este lugar, mañana insistirán nuevamente para que el Gobierno dé un apoyo, para que alguien se apiade de ellos y de sus familias, por lo pronto ya han izado su bandera de protesta, misma imagen que se repite hoy en día en colonias marginadas del estado y donde, con otras vertientes, la historia se repite, no una, no dos veces, sino miles de veces, porque el hambre no mira a quién, el hambre entra hasta por los huesos.

 

 

 

  • Etiquetas:

0 Comentarios:

Dejar un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

TRABAJOS ESPECIALES

Ver más