MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Katia Herrera cierra las puertas de Sedagro y usa la policía contra campesinos

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Una comisión representativa de comisariados de varios ejidos de diferentes municipios se dio cita en las oficinas de la Sedagro en Cuernavaca, Morelos para entregar solicitudes de apoyo de sus respectivos núcleos agrarios, pero al llegar al lugar la sorpresa fue que encontraron cerradas las puertas y nadie había dentro de las instalaciones, ni siquiera el portero para que diera razón de tan inexplicable hecho. 

Así las cosas, como no había quien los recibiera se fueron a Palacio de Gobierno y solicitaron la intervención de alguna autoridad competente; otra vez nadie les dió respuesta y regresaron a las oficinas de financiamiento de Sedagro, donde se encontraron con una sorpresa más que rebela la mala política del gobierno actual: la entrada de las instalaciones las resguardaba un hombre armado, quien tenía por lo visto la orden de no dejar entrar a nadie, cuando este lugar es una oficina pública y no una cárcel; pero no fue todo, también acudieron al lugar varias patrullas con hombres armados hasta los dientes con la clara intención de intimidar a la comisión de ejidatarios que iban de manera pacífica a entregar sus solicitudes de apoyo. 

Pues bien, resulta que un partido en el gobierno que ahora navega con la bandera de que son “la casa de todos” desde hace algún tiempo los funcionarios pesistas se esconden para no dar la cara a la ciudadanía, la cual demanda soluciones a sus problemas más apremiantes, derivados de la crisis económica y la pandemia que azota al pueblo. Ahora es cuando más los morelenses requieren que se les tienda la mano y no reciban amenazas e intimidaciones cuando exigen lo que por derecho les corresponde. Y la pregunta es obligada, ¿Acaso piensan los pesistas que la gente olvida sus desplantes y maltrato, obteniendo su respaldo para seguir mal gobernando al estado de Morelos? 

Suma y sigue. Los funcionarios de la Sedagro no son la excepción, la conducta altanera y soberbia de la flamante secretaria Katia Herrera y sus ayudantes es explicable porque en vez de atender a los campesinos y de pedir que aumente el presupuesto para el campo han dejado, sin mover un sólo dedo, que disminuya drásticamente en su periodo. Aquí unos datos, el año pasado en programas para el campo el monto ascendía a 100 millones de pesos, ahora los recursos no rebasan los 45 millones de pesos. Y esto lo toman como excusa para negar los apoyos en insumos (en especial el fertilizante) que año con año se venían dando a los pequeños productores y ejidatarios. Sin embargo, es ahora cuando más la gente del campo necesita del apoyo del gobierno ya que el precio del fertilizante ha subido en el último año y la mayoría de los productores no cuentan con los recursos para realizar dicho gasto. 

No obstante, debido a las acciones represivas del gobierno estatal señaladas, incluyendo una amenaza velada en el Diario de Morelos que ya hemos denunciado en otro artículo, lo que buscan desde el poder estatal es provocar e intimidar al Movimiento Antorchista y a su dirigente, la Ing. Soledad Solís Córdova, para que desistamos de la lucha en defensa de miles de familias del campo y la ciudad que demandan solución a sus problemas, lo que no va a suceder porque nuestra lucha es legal y legítima. Pero si, ante nuestra insistencia justificada por encontrar una solución favorable a las demandas planteadas, el Gobierno estatal llegara a atentar contra la integridad física o prefabricar delitos a cualquier dirigente antorchista o miembro de la organización, es evidente que nos defenderemos con los medios legales a nuestro alcance. 

En consecuencia, lo que necesita el gobierno pesista de Cuauhtémoc Blanco son buenos operadores políticos para que atiendan los problemas que aquejan a la población y se dejen de tejer amenazas e incluso represión abierta y descarada contra la ciudadanía. Y por si estos señores no lo saben o se hacen, los morelenses están inconformes porque no tienen trabajo y no encuentran por ningún lado empleo, aumenta el comercio ambulante y en él se refugian miles de familias para sobrevivir, los ingresos de los hogares no alcanzan por los bajos salarios y el incremento de los precios de la canasta básica, es decir bajo estas condiciones aumenta irremediablemente la pobreza; una tercera parte de los negocios en el estado han cerrado por falta de ventas y con ello han dejado en el desamparo a miles de familias; en Cuernavaca y en otras ciudades del estado está el problema recurrente de la falta de agua, cuestión que no resuelven las autoridades locales; además, en la mayoría de los ayuntamientos han mermado los ingresos y por lo mismo ha disminuido la atención a las necesidades ciudadanas. 

En resumen, tanto en el campo como en la ciudad se nota la carencia de obras y de programas sociales que realmente ayuden a mejorar la calidad de vida de la gente; y esto se explica porque tanto el gobierno federal como estatal han recortado apoyos y han negado la solución de obras y servicios en comunidades y colonias marginadas. Y todavía muchos funcionarios se preguntan por qué, aún con las restricciones sanitarias, la gente protesta y sale a la calle. Pero hoy los morelenses están ante una disyuntiva: manifestarse y exigir solución o bien empeorar en su calidad de vida; los antorchistas optamos por la primera opción e invitamos a quienes no les resuelven en las oficinas estatales y/o municipales a que se sumen a nuestro movimiento, pues unidos seremos más y venceremos sin duda, más temprano que tarde.

Por último, con este panorama social grave y preocupante para cualquier político o gobierno sensible, debería de poner en alerta a las autoridades estatales para encausar las peticiones de los demandantes y darles respuesta. La solución no está en endurecer su postura insensible y amenazante, pues la gente consciente no se quedará de brazos cruzados y continuará la denuncia y la protesta pública, como ya lo ha anunciado el Movimiento Antorchista que volverá a las calles de Cuernavaca el próximo 12 de mayo. Y de una vez anticipamos, cualquier acto de provocación o de intimidación antes, durante y después de la protesta, será responsabilidad exclusiva del gobierno del estado. Esperamos que ahora sí, después de varias manifestaciones, haya voluntad política de resolver los problemas acuciantes de la gente, si realmente aprecian a Morelos y su gente. Y si no es así que el pueblo no se olvide del castigo en las urnas a los malos gobernantes. Vale.

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