¿Qué sería de San Luis Potosí sin su Huasteca? Pensemos no sólo en su invaluable contribución cultural y artística, sino también en la majestuosa abundancia de recursos naturales: la Huasteca potosina es, sin exagerar, un paraíso. Por eso es doloroso el contraste social. Esta zona cultural y étnica también posee la mayor concentración de pobreza que existe en el Estado. De acuerdo a la Secretaría de Desarrollo Social y Regional (Sedesore, 2020) 17 de sus 20 municipios padecen pobreza extrema. Es más: ocho de cada 10 huastecos son pobres (Sedesol, 2018). La Secretaría de Bienestar en este año aceptó que existen unos 200 mil huastecos que están en marginación. Y donde hay pobreza económica, hay hambre: un estudio en 2016 afirmó que el 56% de los hogares huastecos padecen de hambre severa.
Esta miseria es atribuible, como en muchos otros casos del país, a los resabios del caciquismo en la estructura socioeconómica de sus comunidades. Aunado a este dominio caciquil en el terreno económico, está lo político: administraciones políticas de todos los colores que privilegian a los caciques y no a los miles de campesinos huastecos; pues el gasto público no redunda en apertura y mantenimiento de caminos, instalaciones de drenaje y agua potable en comunidades de alta marginación, escuelas, hospitales, asistencia social ante desastres naturales y un larguísimo etcétera. Esta indolencia, desgraciadamente, no es casual.
En efecto, la marginación es cantera de votos negociables. Explotan la práctica electorera más vil (y que no olvida el actual gobierno federal): mantener en la marginación a miles es garantía de promesas políticas irresponsables; la pobreza de los huastecos nulifica su peso en política, sus intereses no son verdaderamente representados en los gobiernos. Por esto, la clase política no tiene interés genuino en terminar decididamente con la lacerante pobreza.
Por la Huasteca, San Luis Potosí es el séptimo lugar nacional con casos de dengue hemorrágico. Muchos de sus habitantes enfermaron de covid-19 y la tasa de letalidad por este virus, en esta región, era la más alta en el estado y una de las más grandes en México (Comité de Seguridad en Salud). Además, si la Huasteca padeció hace un año por la sequía, hoy este asunto alcanza niveles más alarmantes. Por si esto fuera poco, la inundación del mes pasado arrasó con el patrimonio de muchos habitantes de Tamazunchale. El desbordamiento de ríos en toda la zona trae consigo, además, el destrozo total o parcial de caminos y, con ello, una incomunicación prolongada de cientos de comunidades.
En fin, una zona de desastre. En este tenor, el Movimiento Antorchista en San Luis Potosí, en especial el del municipio de Tamazunchale, tiene muchos años en la labor de crear grupos que, educados políticamente, sean autogestivos; es decir, a través de su derecho legítimo de organización y petición impulsen el progreso para sus comunidades. Desde el 2018, hemos solicitado apoyos asistenciales, obras y servicios públicos para poder combatir de manera definitiva la pobreza en esta región. Ingresamos solicitudes ante el Ayuntamiento de Tamazunchale, encabezado por Juan Antonio Costa Medina y en las instituciones correspondientes del Gobierno del Estado; insistimos con las peticiones en marzo de 2020, impulsados por las consecuencias negativas que trajo la pandemia; y después de varias manifestaciones logramos el acuerdo, por parte del gobierno estatal, de la entrega de despensas a cargo de la Subsecretaría de Gobierno; pero sólo fue un acuerdo que quedó en papel. Al mismo tiempo, solicitamos al Sr. Gobernador, Juan Manuel Carreras, su intervención para que sus secretarios dejen atrás el inane burocratismo y concreten la solución de nuestras demandas, dentro de las más significativas están: 40 mil despensas para habitantes en condición de pobreza de la región; plantas de café y de naranja para 20 mil productores; reencarpetado de siete caminos ubicados en el municipio de Tamazunchale que podrían beneficiar a 21 comunidades de la Zona de la Sierra de San Francisco; un módulo de Registro Civil del Gobierno del Estado que sirva para realizar trámites en esa región. También demandamos electrificaciones para las comunidades de El Carrizal, Tlalnepantla, El Palmito, Aguazarca y Colonia "Nezahualcóyotl". Entre otras solicitudes de similar naturaleza.
Una vez más, es necesaria la sensibilidad del Sr. Gobernador y del Presidente municipal de Tamazunchale para que active la resolución de estas sentidas demandas. La reorientación del gasto público para sectores de la población verdaderamente necesitados contribuye al fortalecimiento de la democracia y el desarrollo social. Es menester romper con el círculo de pobreza y olvido. El antorchismo de la región, con todo, no se dará por vencido; es momento de que la Huasteca abandone el atraso y se encamine a un derrotero de progreso y bienestar generalizado.
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