En un trabajo que escribí recientemente sobre los últimos acontecimientos políticos del estado, procuraba yo llamar la atención de la opinión pública, sobre lo que consideré, una excesiva propaganda en torno a los supuestos desvíos económicos y mal uso de recursos públicos, por parte de la administración que encabezó Mario Anguiano Moreno; hoy quiero precisar, que el término excesivo, lo usé no para menoscabar la importancia del tema en cuestión, sino porque considero, que hay en el ámbito social de Colima, asuntos que requieren también, la urgente intervención de todos los actores políticos y económicos, así como de los colimenses en general y cuyas consecuencias están lastimando seriamente lo que algunos llaman, el tejido social.
Veamos. ¿Qué pasa con el empleo y desempleo en Colima? Según datos de la Subsecretaría de Empleo y la Productividad Laboral, publicados en el mes de junio de 2016, por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), los colimenses en edad de trabajar, actualmente suman 544 mil 010, esto es el 76 por ciento de la población total del estado, que son 731 mil 153 colimenses; la STPS, registra como Población Activa (PEA), es decir, los que tienen actualmente empleo o lo andan buscando, a sólo 364 mil 487 trabajadores, lo cual representa el 67 por ciento de los colimenses en edad de trabajar. El informe citado, dice que la tasa de desempleo, al mes de mayo pasado, fue de 4.4 por ciento de la PEA, equivalente a 15 mil 894 colimenses sin empleo; pero el mismo informe dice también, que la Tasa de Informalidad Laboral, es de 53.8 por ciento, lo que significa 196 mil 094 colimenses que tienen empleo informal, en otras palabras, trabajo sin seguridad social ni prestación económica alguna, es lo que se llama, desempleo disfrazado.
Por lo tanto, si sumamos los 179 mil 523 colimenses en edad de trabajar, pero que la STPS no los considera PEA, más los 15 mil 894 desocupados que informa la misma Secretaría y agregamos, además, los 196 mil 094 que padecen desempleo disfrazado, es decir, que son trabajadores informales; tenemos, un total de 391 mil 511 colimenses que son víctimas del desempleo, el 72 por ciento de las personas en edad de trabajar, dicho de otra forma, siete de cada diez colimenses que deberían trabajar, sufren de alguna manera los efectos del desempleo. Pero además, la STPS dice, que casi el 40 por ciento de los trabajadores que componen la PEA, reciben menos de dos salarios mínimos, lo cual implica vivir con menos de 140 pesos diarios. ¿No debería ser éste uno de los temas centrales en las discusiones de los principales actores políticos y económicos del estado? A mí me parece que sí.
Sin embargo no hay que olvidar, que una de las consecuencias más trágicas del desempleo, es precisamente el trabajo infantil. No hace mucho, el Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (SNPNNA), Ricardo Bucio Mujica visitó Colima y entre muchas otras cosas, dijo algo que los antorchistas ya nos hemos permitido denunciar en repetidas ocasiones: "[...] la problemática más preocupante que tiene la entidad [Colima] es el alto índice de trabajo infantil", ya que, aunque no precisó cifras, señaló que durante 2015 la entidad tuvo el mayor porcentaje a nivel nacional (ángelguardián.mx, 24/5/2016).
Está claro, que con los datos arriba mencionados no necesitamos más para darnos cuenta, de la falta de atención de los gobiernos al problema del desempleo, el cual, también está haciendo víctimas a los colimenses más pequeñitos y desamparados, quienes, como dice la organización Save the Childrens en su página de internet, citando la Convención sobre los Derechos del Niño: "Todas las niñas y niños tienen el derecho de ser protegidos contra cualquier daño que atente su integridad como personas". En el mismo medio que menciono más arriba, se cita una declaración del Gobernador José Ignacio Peralta: "Por su parte el Gobernador de Colima, resaltó que en la entidad hay 223 mil 365 niños de 0 y hasta 17 años de edad, de acuerdo a la encuesta intercensal 2015, de los cuales, el 40 por ciento viven en situación de pobreza" (Ibíd.); es decir, aclaro yo, viven en pobreza 89 mil 346 niños. ¿No es esto una verdadera tragedia social, de la que deberían avergonzarse nuestra clase política y gobernante?.
Otro tema igualmente trágico y en el que también somos primer lugar y nota nacional, es en la inseguridad. "El incremento de la violencia en Colima durante los dos primeros meses del año ha colocado a la entidad como el estado con la mayor tasa de homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes, según datos del Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP)" (El Universal, 1/04/2016) "Colima, antes el estado más seguro del país, se comete [ahora] un homicidio cada 11 horas" (La Jornada, 19/04/2016). Casi a finales del año pasado, el entonces presidente de la CANACINTRA, Emilio Carrillo Preciado, salió a declarar a los medios que la crisis económica que se presentaba en el estado era la causa de que se hubiera disparado la inseguridad en el estado, (recuperado de www.colimanoticias.com, 18/09/2015) y yo creo que lo que dice este señor es correcto, no hay duda de que la delincuencia organizada y desorganizada, se nutre, en primerísimo lugar, del desempleado y de su familia; no hay que olvidar que son 391 mil 511 los colimenses inconformes por los problemas de desempleo y por lo mismo, víctimas potenciales de caer en las garras de la delincuencia.
Otros, que son fácilmente enganchados por el crimen organizado, son precisamente los niños, niñas y adolescentes, así lo declaró recientemente, refiriéndose al trabajo infantil, el ya citado Ricardo Bucio Mujica: "[...] situaciones como la deserción escolar, la ruptura de los lazos familiares, la violencia intrafamiliar y la pobreza son factores que facilitan que los menores se involucren con el narcotráfico y en el consumo de las drogas" Más evidente no puede ser.
Al Movimiento Antorchista de Colima, nos queda perfectamente claro, que son estos y otros tantos como estos, los temas que verdaderamente interesan al colimense trabajador y a su familia; los políticos de ahora, aquellos que de antaño nos pidieron el voto de confianza, nos prometieron una vida mejor, feliz y más segura y no la hemos visto venir por ningún lado; tal vez se diga que es prematuro nuestro reclamo y se nos recomiende tiempo al tiempo, pero las necesidades, como ya quedó dicho más arriba, apremian. Ya hace más de cuatro meses que los antorchistas pusimos en manos del Gobernador un pliego petitorio con las necesidades más urgentes de un número importante de colimenses humildes y no hemos obtenido solución alguna; conocemos la Constitución y como sabemos que nos asiste el derecho, acudiremos una vez más, una comisión a pedir audiencia al Gobernador, pero, dado que no es la primera vez que lo hacemos, acudiremos sólo una vez más, antes de hacer uso de nuestro derecho a la manifestación.
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